martes, julio 27, 2004

Mis lecturas actuales

John Fante: toda  (¡) su trilogía
Narciso y Goldmundo de Hesse, que no más no puedo acabar
El amante de Janis Joplin, súper el libraco
Cuentos de Ramón Betancourt, por recomendación de M. Romero
La silla eléctrica, de M. Romero (libro que no me explico porqué no ha provocado revuelo o una venta comercial decente)
Lo peor de todo de Kim Monzó
La vida sexual de Catherine M., igual que el de Hesse: inacabable
Poemas de Antonin Artaud

Los mejores: Lo peor de todo, La silla eléctrica, John Fante y Artaud

 

miércoles, julio 21, 2004

Un argumento a favor de la literatura:
 
La literatura no es más que un reflejo, sí, de las pasiones humanas. Aunque éstas sean falsas. Nadie ha dicho que la literatura tenga que revelar verdades.

lunes, julio 12, 2004

Siempre me ha valido madres la identidad de Tijuana. No es un asunto que me parezca relevante más que en política.
Ahí están todas esas personas haciendo trabajos de análisis para descubrir el hilo negro. Yo que soy tijuanense y que viví mi infancia en lo que ahora se llaman sitios históricos, nunca he creído la identidad como problema. Como problema. Aunque sí creo que para cuestiones estéticas esa mentada identidad le da un estilo a la creación. Pero hasta ahí. Y como el fin de la estética no es resolver este tipo de disquisiciones, sino que plantearlas no más, entonces el arte no se debe prestar a los juegos políticos de “imagen” de la ciudad. Esa es mi postura respecto a ese concepto tan llevado y traído que se llama Tijuana.

viernes, julio 09, 2004

Al profe Vizca lo conocimos en el 2000. Año en que varios y varias egresamos de la humanidades. Yo trabajaba en IMAC y abajo, en el edificio del antiguo palacio estaba la oficina del profesor Vizcaíno. Había mucha gente que se dedicaban a la cultura y otras que hacían sus visitas al instituto a ver qué pescaban. Ninguna de ellas iba al edificio por el Vizca. El profe, su secretaria y su oficina parecían vestigios necesarios para justificar la evolución de la cultura en Tijuana. Nada más.
Un día quién sabe por qué madres, me mandaron llevar una nota al Vizcaíno. Me preguntó quién yo era, qué hacía, qué había estudiado. Y al final de que le recité mi biografía el profe hizo lo que ninguno de los disque maestros que tuve en la pinchi escuela de humanidades era bueno para hacer: me invitó y me incitó a publicar. Lo que fuera: cuento, ensayo, poesía…
Como a la semana le llevé un cuento. Me tomó una foto (como hacía con todos sus colaboradores) y el fin de semana aparecí en el suplemento Identidad. Fue el primer fin de semana del año 2001 y la primera vez que me atreví a mostrar algo públicamente.
Ya que empecé a publicar en el Identidad invité a mis compas a que también lo hicieran y al rato ya estaban ahí mi hermana Lucy, mi amigocha Rocío, Gaby Cruz, Javier Orozco, y otros que no se animaban a publicar pero que empezaron a visitar el profe nada más.
El Vizcaíno tenía una cualidad que pocos poseen en el mundo cultural: animaba a los principiantes y le tiraba piedras a los consagrados. Decía que así tenía que ser: “a los principiantes hay que alabarlos, animarlos a seguir. Pero a los que ya la hicieron hay que derrumbarlos, exigirles, porque esos sí tienen la obligación de trabajar bien…”
No es de extrañar entonces porqué todos tienen un recuerdo agradable de sus inicios con el vizca. El profe tenía un papel en el orden cultural tijuanero: era el sacerdote que iniciaba al aprendiz. Muchos que anduvimos en busca de ese sacerdote encontramos algo similar en el profe hasta que supimos que para crecer aun más había que tirarle piedras al jefe, criticarlo y rebelarse contra la moralidad que, muy suya, ya no nos decía nada a nosotros.
Ahora que el profe ha muerto, me pregunto quién tomará ese papel o si ya estará anacrónico el rol de iniciador (que según Joseph Campbell es imprescindible en el crecimiento de la humanidad). La vacante está libre. Profe: te extrañaremos en nuestros recuerdos.

Se me hace increíble que las mujeres hablen de tomar el poder a estas alturas. O están imbéciles o se han quedado atrapadas en la retórica vieja del feminismo.
A estas alturas ni siquiera deberíamos tener conciencia de los discursos: ya deberíamos habernos apropiado de todo lo que nos pertenece: cuerpo, lenguaje, poesía, arte, empleo, sexo. Jurídicamente nada lo impide, el único obstáculo está en las cabezas. Que por cierto, cómo les pesa a las mujeres experimentar estéticamente con su cabellito: por ahí deberían empezar todas las liberaciones.

jueves, julio 01, 2004

Ayer murió el profe Vizca. Su velorio será hoy en la funeraria San José.
Viendo una foto del profe cuando estaba en UABC pienso que una persona como él se va también llevándose lo que los demás fueron con él.
El profe es una Tijuana antigua que se va acabando cada vez...