Es una pena que la gente pobre llegue al poder. Cuando esto sucede, toda su moral de pobre sube con ellos. Entonces existen los dictadores; los que no admiten que pueda haber desigualdades entre las personas; los que quieren que todos estén jodidos.
Es una pena, porque la naturaleza (por alguna razón sencillamente desconocida) habilita a unos para cierta clase de trabajos; mientras a otros les despoja.
Esa es una realidad, de las que se pueden demostrar con hechos: hay quien nace con piernas para bailarín…

La gente que ha sido feliz, aunque ya no lo sea, conserva esa felicidad dentro.
Uno puede verlo en su forma de conducirse, de hablar, de reir. La felicidad permanece.
En cambio quien ha sufrido no puede tampoco evitar evidenciar ese sufrimiento en sus actos más simples.

Para qué necesitamos diosas las mujeres; para qué la belleza; la distancia que provoca el atractivo. Para qué ser hermosas?

Uno, si ama la literatura, tiene la obligación de ir tras ella. Obligarla a que esté de nuestro lado. Que nos muestre también sus encantos, que nos atrape, que viva en nuestro hogar. Que sea nuestra amante. Que se rinda y nos rinda ante el amor.