lunes, abril 28, 2008

Puebla

Ahora llueve mansamente.
Un pájaro se ha posado en el alto del edificio.
Canta. Me dice una melodía que es un llamado a la quietud.
Una alabanza a la quietud.

Casa

Significado que todo lo colma.
El sentido final de nuestras vidas.
Reunión deliberada.
Punto crítico donde se intersectan
las cosas que amamos.

Discusiones académicas

Hay discusiones académicas que no me interesa ganar. Por ejemplo, ésta en la que afirmo que la vivencialidad (que no referencialidad) en la literatura aporta al discurso escrito una comunión más completa que la que da la pura imaginación. Esta es una posición absolutamente subjetiva, que proviene de todos mis experimentos desde hace años en la literatura. Es un criterio subjetivo que parte de subjetividades. En ningún momento he creído que pueda convertirse en un debate que yo pueda ganar académicamente. Es una experiencia fenomenológica con algo que me apasiona. Es mi componente de irracionalidad en la literatura. No pretende ser dogma académico, en ningún momento. Pero sí estoy convencida de que ese componente irracional, subjetivo aparece en cada obra literaria que nos conmueve. Y creo que eso es algo que todos sabemos secretamente. De otro modo, si la literatura fuera un puro ejercicio de la imaginación, si la literatura no contuviera algo de nosotros mismos, (aunque este algo sea también imaginativo) los ejercicios literarios serían puro "bronce que resuena y campana que toca". Porque no creo que las profundidades de un alma puedan transcribirse simplemente con la imaginación. Pero esto es lo que yo creo. Lo que he leído, visto y analizado.
Por otro lado, hay una condena implícita en este mi discurso: la de los escritores que no corren riesgos personales al evitar compartirnos sus temores y sus deseos más profundos. La de aquellos escritores que quieren evitar los aspectos sensuales y abyectos de la vida refugiándose en una literatura "de la imaginacion". Sí creo que hay escritores que tienen miedo de transigir consigo mismos. Hay escritores que tienen miedo de su propia subjetividad. A esos escritores no hace falta que los condenemos, lo hacen ellos mismos.
Y un tercer punto para concluir: si no admitimos que la literatura debe contener ese apasionamiento (muchas veces subjetivo) qué tipo de literatura es la que queremos leer?

He dicho

viernes, abril 11, 2008

Dos cuentos míos en Tabasco Hoy

http://www.tabascohoy.com.mx/nota.php?id_nota=152577

En camisa de once varas

Rediezz!, que me he metido en camisa de once varas con esto de la literatura y la referencialidad. Maldita sea su estampa! Por andar de original a veces creo que planteo cosas que a nadie le interesan.
Hay una crítica que debe ser desmontada en el norte de México, ya que tiene una falla que casi nadie ha visto o se la han pasado por el arco del triunfo. Esa falla es el exceso de referencialidad como condición de verificabilidad para argumentar que cierta literatura es valiosa sólo porque trata de cómo es la vida en esos rumbos. O sea, decir, ah sí, la literatura de Luis Humberto Crosthwaite sí es buena porque se acerca a cómo es el norte, concretamente Tijuana. O la de Rafa Saavedra porque usa el inglés. Nada de eso. Se supone que la literatura de esos rumbos y de los que sean debe contener un valor literario por lo que es capaz de expresar un símbolo estético. Ahora bien, esa literatura llega al símbolo?
Pero por otro lado, si acaso no llega o no le interesa llegar, porqué demonios es tremendamente referencial?, qué cosa es la que motiva a esta literatura a dejar marcas ficicionales que tienen un referente de la vida cotidiana?, tiene esa referencialidad una función?

Allí está el meollo que tengo que resolver!!!!!