miércoles, junio 18, 2008
lunes, mayo 26, 2008
So, you want to be a writer?
Si a pesar de todo no sale de ti como una explosión
no lo hagas
al menos que salga, sin reclamarlo, de tu corazón, tu mente, tu boca y tus vísceras
no lo hagas si tienes que sentarte horas mirando fijamente el monitor o encorvado sobre tu máquina de escribir buscando palabras
no lo hagas si es por dinero o por fama
no lo hagas si es porque deseas mujeres en tu cama
no lo hagas si tienes que sentarte y editarlo una y otra vez
no lo hagas si pretendes escribir como alguien olvídalo
si tienes que esperar que salga como un rugido entonces espera pacientemente
si nunca sale de ti como un rugido dedícate a otra cosa
si primero se lo lees a tu esposa a tu novia o novio a tus padres o a quién sea no estás listo
no seas como tantos escritores
no seas como miles de personas que se dicen escritores no seas aburrido, fastidioso y engreído que no te consuma el amor propio
las librerías del mundo duermen en sus bostezos por tipos como tú
no te incluyas allí a no ser que salga de ti como un cohete
a no ser que tu letargo te arrastre a la locura al suicidio o al asesinato
no lo hagas a no ser que el sol que llevas dentro te queme las entrañas
no lo hagas
cuando llegue el momento de verdad y seas elegido eso aparecerá por sí mismo
y así continuará hasta que mueras o fenezca dentro de ti
no hay otro camino
nunca lo ha habido
Charles Bukowski
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elizabethvilla
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12:06 p.m.
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La dama infiel
Cada vez que preparo un libro de poesía para publicar me asaltan las dudas, respiro profundo para encontrar en el suspiro lo que le de fuerza y hacer la entrega de cada uno de sus poemas....
Me pregunto si vale la pena publicar otro libro, si realmente hay una verdadera causa al hacerlo, cuando en el país se viven problemáticas mas prioritarias y contundentes que pueden definir en este momento el rumbo de la historia; me pregunto, si definitivamente este libro puede ayudar a la reflexión de nuestra vida profunda o si dejo que siga cayendo el tiempo y el polvo sobre estas páginas guardadas desde hace más de una década en mis archivos.
Al momento de decidirme por publicar, lo único que sé es que vuelvo a sentirme expuesta ante el quirófano, para una operación de pecho abierto. En realidad no me duele el cuerpo, son otras cosas lo que duelen, más intangibles y sensibles, ni siquiera duelen tanto los desastres materiales que puede haber en él.
Duele algo más sutil que aparentemente no tiene nada que ver con mi cuerpo , sino con sus elementos y el cuerpo del libro; duelen algunas voces, ecos, silencios, las suturas ilegibles, las marcas con tinta indeleble, el vacío, la soledad.
Hay un dolor místico, sediento de ideales, sueños, de caricias y razones por los amantes que no alcanzaron la justicia poética; porque en todo corazón humano hay un amante que quiere ser tocado, o quizá por que la justicia poética sólo radica en la esperanza y el tiempo diseminado entre las letras.
Entre cuerpo y espíritu se libra una lucha campal siempre sobre las páginas de un libro de poesía, con la factura del riesgo consabido, buscando la integración y entendimiento a la fragmentación del ser por ese (des) “acuerdo religioso”, judeocristiano impuesto por la cultura occidental y al que le doy en los “Mandamientos de la Infiel” un sentido pícaro e irrisorio y critico hasta la ironía, pues nunca hubo división entre cuerpo y espíritu, solo una tremenda confusión y los absurdos que no faltan para entender a ambos. Apolo y Dionisios en franca lucha campal , calando adentro de la especie en extinción y en jaula, cuando en realidad son opuestos complementarios. Eros y Tanatos en un largo diálogo conmigo misma que ahora comparto con ustedes.
Definitivamente, lo que justifica a todo libro es que la impronta de escribir versos radica en una cuestión vital, para que la alegría, la ternura y el sentido más alto del amor siga dándonos esperanzas de vivir ante los tiempos que corren.
Algunos ya no tenemos remedio. Mi adicción a la poesía me ha obligado a declarar mi matrimonio con la muerte.
Versos más o versos menos,” Razones de la Dama Infiel “abre sus páginas, para que el lector lo nutra con su mirada y su sentido amatorio.
ELizabeth Cazessús
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elizabethvilla
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miércoles, mayo 14, 2008
El amo del gato
Hace días que alimento y cuido del gato. No ha sido una tarea más complicada que estar pendiente de sus ciclos: comer, defecar, hacer compañía. Él me lo agradece con caricias de su lomo frotado contra mis piernas y a veces un ronroneo. Su piel cubierta de pelo grisáceo se eriza al mínimo contacto. Pero he descubierto que el gato no me pertenece. Lo intuí al advertir que para mi servicio son inútiles las diminutas garras que repliega debajo de sus patas. Tampoco encontré algún beneficio en la velocidad felina de sus reflejos, ni en los ojos, lúcidos en la oscuridad. En cambio sé que hay un gato verdadero, escondido debajo de esa piel suave que se agita acompasada antes de desprenderse de la modorra matinal. El gato fundamental yace dentro de ese pequeño organismo que ahora se despereza y camina en derredor. Yo no soy su verdadero amo. El gato no hace más que fingir a mi lado las caricias que ansiara dar al legítimo tirano para el que fue creado. Uno que no dudaría en hacer uso de la potencia asesina que ahora me mira con ojos verdes desde el jardín.
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elizabethvilla
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Noveno congreso de poesía y poética, Puebla Octubre 2008
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lunes, abril 28, 2008
Puebla
Ahora llueve mansamente.
Un pájaro se ha posado en el alto del edificio.
Canta. Me dice una melodía que es un llamado a la quietud.
Una alabanza a la quietud.
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elizabethvilla
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12:26 p.m.
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Casa
Significado que todo lo colma.
El sentido final de nuestras vidas.
Reunión deliberada.
Punto crítico donde se intersectan
las cosas que amamos.
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12:25 p.m.
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Discusiones académicas
Hay discusiones académicas que no me interesa ganar. Por ejemplo, ésta en la que afirmo que la vivencialidad (que no referencialidad) en la literatura aporta al discurso escrito una comunión más completa que la que da la pura imaginación. Esta es una posición absolutamente subjetiva, que proviene de todos mis experimentos desde hace años en la literatura. Es un criterio subjetivo que parte de subjetividades. En ningún momento he creído que pueda convertirse en un debate que yo pueda ganar académicamente. Es una experiencia fenomenológica con algo que me apasiona. Es mi componente de irracionalidad en la literatura. No pretende ser dogma académico, en ningún momento. Pero sí estoy convencida de que ese componente irracional, subjetivo aparece en cada obra literaria que nos conmueve. Y creo que eso es algo que todos sabemos secretamente. De otro modo, si la literatura fuera un puro ejercicio de la imaginación, si la literatura no contuviera algo de nosotros mismos, (aunque este algo sea también imaginativo) los ejercicios literarios serían puro "bronce que resuena y campana que toca". Porque no creo que las profundidades de un alma puedan transcribirse simplemente con la imaginación. Pero esto es lo que yo creo. Lo que he leído, visto y analizado.
Por otro lado, hay una condena implícita en este mi discurso: la de los escritores que no corren riesgos personales al evitar compartirnos sus temores y sus deseos más profundos. La de aquellos escritores que quieren evitar los aspectos sensuales y abyectos de la vida refugiándose en una literatura "de la imaginacion". Sí creo que hay escritores que tienen miedo de transigir consigo mismos. Hay escritores que tienen miedo de su propia subjetividad. A esos escritores no hace falta que los condenemos, lo hacen ellos mismos.
Y un tercer punto para concluir: si no admitimos que la literatura debe contener ese apasionamiento (muchas veces subjetivo) qué tipo de literatura es la que queremos leer?
He dicho
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viernes, abril 11, 2008
En camisa de once varas
Rediezz!, que me he metido en camisa de once varas con esto de la literatura y la referencialidad. Maldita sea su estampa! Por andar de original a veces creo que planteo cosas que a nadie le interesan.
Hay una crítica que debe ser desmontada en el norte de México, ya que tiene una falla que casi nadie ha visto o se la han pasado por el arco del triunfo. Esa falla es el exceso de referencialidad como condición de verificabilidad para argumentar que cierta literatura es valiosa sólo porque trata de cómo es la vida en esos rumbos. O sea, decir, ah sí, la literatura de Luis Humberto Crosthwaite sí es buena porque se acerca a cómo es el norte, concretamente Tijuana. O la de Rafa Saavedra porque usa el inglés. Nada de eso. Se supone que la literatura de esos rumbos y de los que sean debe contener un valor literario por lo que es capaz de expresar un símbolo estético. Ahora bien, esa literatura llega al símbolo?
Pero por otro lado, si acaso no llega o no le interesa llegar, porqué demonios es tremendamente referencial?, qué cosa es la que motiva a esta literatura a dejar marcas ficicionales que tienen un referente de la vida cotidiana?, tiene esa referencialidad una función?
Allí está el meollo que tengo que resolver!!!!!
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jueves, octubre 18, 2007
Literatura y Referencialidad
La relación entre el discurso literario y el discurso factual
Kenia Aubry http://free.corefusion.net/Free/coincidir/home.nsf/pages/art10103 fecha de consulta 18 de octubre 2007.
La ficción literaria ha podido ir más allá que muchos tratados de antropología o estudios sociológicos en la percepción de la realidad [...] al verbalizar y simbolizar hechos y problemas que no siempre se concientizan o expresan abiertamente en otros géneros.
Fernando Ainsa
Mucho se ha escrito referente al tema de la relación entre la literatura y la sociedad; la bibliografía al respecto es amplia, con diversos enfoques y puntos de vista dentro de la crítica literaria de nuestros días. Para nosotros el discurso literario de una seriedad indiscutible guarda una relación específica con el contexto del mundo vital, particularmente, nos referimos a hechos que son propios de otros discursos tales como el histórico, testimonial, periodístico, antropológico, entre otros, es decir, a discursos cuyo contenido proviene directamente de una fuente factual, con otras palabras, de hechos "reales". Sin embargo, la relación no es estrecha en sentido estricto, ni ajena en su totalidad, y al respecto disertaremos en estas breves reflexiones.Nadie puede negar que la literatura es parte de la cultura, como tampoco puede negarse la relación entre la cultura y la sociedad. Aunque conviene precisar algunos aspectos que no siempre resultan del todo evidentes: la literatura es una manifestación sociocultural, mantiene relación con los diversos niveles de la vida social, y en su peculiaridad de comunicación verbal, se integra al conjunto de hechos culturales.De esta manera, al igual que otros discursos, posee un valor cognitivo de relevancia significativa, al tiempo que guarda una relación específica con el contexto. Pero el discurso literario al crear mundos posibles, no se halla sujeto al criterio de verdad o falsedad, sino a la suspensión que exige del mismo, necesaria para instaurar un mundo posible y su constitución semántica, diferentes al mundo cotidiano. Sobre esta suspensión descansa la constitución o instauración de su función estética.La verdad como presencia y la verdad como correspondencia, son elementos propios de discursos como el cotidiano y el científico, por lo que necesitan establecer una asociación entre referencialidad y realidad. Por ejemplo, si como discurso cotidiano afirmamos que "el árbol está seco" y corresponde con la realidad, estamos ante una verdad como correspondencia debido a que la referencialidad se da al momento. Pero en el caso del discurso literario esta tesis no es aplicable, pues ante todo el discurso literario es una imitación mediante el lenguaje de aquellas cosas que no tienen necesariamente que haber existido. O bien, los textos literarios como explica Iser se diferencian de todos aquellos textos, que hacen comunicable o representan un objeto el cual posee una existencia independiente del texto. "Cuando el texto habla de un objeto que existe fuera de él con la misma determinación, entonces ofrece sólo una explicación de ese objeto" (Iser, 1987: 102). Por esto, los textos literarios no establecen una correspondencia exacta con el mundo vital, sino que genera sus objetos, a partir de los elementos que se encuentran en él, o dicho sea de otra manera, es la representación de reacciones a objetos. Con lo que no podemos dejar de reconocer que los elementos manifiestos en la literatura, juegan un papel en nuestra experiencia.Destaquemos que las situaciones del mundo cotidiano son siempre reales, mientras que los textos literarios son, ante todo, "fictivos". Al respecto, Paul Ricoeur hace resaltar como instancias fundamentales del discurso literario, no sólo la ficción, sino también la mímesis. Cuando se hace referencia a la mímesis en literatura argumenta Ricoeur se tiende a traducirla como imitación en el sentido de copia de algún modelo existente de la realidad. Sin embargo, la mímesis lo que imita "no es la efectividad de los eventos sino su estructura lógica, su significación […] es una reduplicación de la realidad […] una especie de metáfora de la realidad" (Ricoeur, 1994: 90).En cuanto a la naturaleza del término "fictivo", apunta el teórico que las ficciones son aquellas que "reorganizan" el mundo en función de las obras y esas obras en función del mundo o, para emplear un vocabulario que pertenece más bien a la epistemología de los modelos y no de la teoría estética, las ficciones redescriben lo que el lenguaje convencional ya ha descrito: Lo fictivo no se refiere a la realidad en una forma reproductiva, como prescritas por ellas. En este sentido, una obra literaria […] no es una obra sin referencia, sino una obra con referencia desdoblada, una obra cuya última referencia tiene por condición una suspensión de la referencia del lenguaje convencional. (1994: 93-94)Lo anterior, nos conduce a afirmar que si remitimos la literatura a tan sólo un proyectar de la realidad, francamente, perdería su verdadero sentido y por lo mismo, resultaría equiparable a otros discursos cuyos códigos veridictivos, sí pretenden tal finalidad. Aquí es fundamental la competencia lectora, pues mientras que el texto literario no posea su realidad en el mundo de los objetos, sino en la fantasía de su lector, tiene una ventaja sobre todos los textos que quieran hacer una afirmación sobre el significado o la verdad.
La narrativización de hechos "reales"Ahora bien, lo explicado anteriormente no exime al discurso literario de poder ingresar a su corpus hechos o acontecimientos reales, es decir, sucesos, acontecimientos y situaciones sociales que se presentan al interior del contexto sociocultural, pues implicaría la negación de esta disciplina como fuente de comunicación y conocimiento. De antemano, sabemos que la literatura se nutre de los elementos de la realidad cotidiana, que los materiales que utiliza provienen esencialmente de la sociedad, de la historia de la sociedad. Resulta inconcebible escribir el texto más mínimo sin que por él, de un modo u otro, pase la historia y, desde luego, la sociedad [...] Sin embargo, existe esa mediatización de la forma, la cual determina que la obra literaria no sea jamás un reflejo puro y simple de la sociedad. Resulta muy difícil analizar una obra literaria en términos de puro reflejo. Esto nunca da buenos resultados. (Barthes y Hombravella, 1997: 5, 6)Atendiendo a las palabras de Barthes, nos damos cuenta de que la literatura aunque se nutre de la realidad cotidiana no mantiene una referencialidad directa con ella. Sin embargo, sabemos también de la existencia de un gran número de discursos literarios que se nutren de hechos "reales" o de procedencia factual, es el caso de las novelas denominadas de la Revolución Mexicana, o bien, relatos como Los pasos de López de Jorge Ibargüengoitia, que aborda uno de los pasajes de la Independencia de México: "La Conspiración de Querétaro", o Charras de Hernán Lara Zavala que es la versión literaria de un crimen político perpetuado en Yucatán, por señalar algunas. Todos estos discursos refieren situaciones sociales que se han presentado al interior del contexto sociocultural mexicano, con otras palabras, que han sucedido en la realidad; sin embargo, los eventos ingresan al discurso literario en forma narrativizada, polarizando así la situación real en sustitución de la intencionalidad instaurada en el propio discurso. Y aunque estos relatos que se valen de hechos reales producen un efecto de lectura que llamaríamos de "objetividad fuerte"; [no abandonan] por ello, su intencionalidad de ser un discurso estético (1998: 76).En este sentido podemos afirmar que el discurso literario, a diferencia de otros discursos, se adjudica los elementos de la realidad, sean o no de naturaleza factual, no para hacer un reflejo burdo de ésta, sino para redescribirla, para interpretar un mundo.Como vemos, el discurso estético tiene la autoridad para articular su corpus con los elementos del mundo vital y también acaparar o, mejor, de adueñarse de otros códigos discursivos (como el historiográfico, periodístico, testimonial, antrolológico, por mencionar algunos) sin alterar los propios; en contraste, los subordina de acuerdo a su intencionalidad estética. De ahí que esta disciplina se precie de encontrar, cada vez más, nuevos modos de narrar.Sobre esta línea de discusión, el libro Relato: historia y ficción de Paul Ricoeur, prueba la tesis en cuanto a los puntos de intersección y las líneas de divergencia entre el relato ficticio y el relato histórico, que retomaremos a grosso modo.Aún cuando los textos literarios, específicamente nos referimos a los que articulan su corpus con hechos factuales, intercalan en su discurso otros textos "objetivos" (como cartas, memorias, etc.) todos ellos ingresarán a la sustancia del contenido como "material" para recibir un tratamiento semiótico que los integrará a un nuevo sistema. En cambio, "por más fictivo que pueda ser el texto histórico, su pretensión es ser una representación de la realidad. En otras palabras la historia es a la vez un artefacto literario en la medida en que, a la manera de todos los textos literarios, tienden a asumir el estatuto de un sistema autosuficiente de símbolos. Y es una representación de la realidad en la medida en que el mundo que describe pretende valer para los casos efectivos del mundo real" (Ricoeur, 1994:88).Otra ventaja y diferencia del discurso literario con el histórico es que el primero no necesita justificar las fuentes que utiliza con notas al pie de página o bibliografía de referencia. Esto se fundamenta en lo que aclara Ricoeur:
Los documentos y archivos son las "fuentes" de verificación y falsificación para la investigación histórica. Por otra parte, los relatos de ficción ignoran la tarea de dar pruebas de esta clase. Incluso, si se sugiere que la imaginación sirve de archivo al relato de ficción, entendiendo por imaginación, el depósito de tradiciones orales y escritas, ignora la dura labor de cotejarse con los documentos, e incluso de establecerlos en función de las preguntas que se le han hecho. En este sentido, la imaginación no tiene "hechos" a demostrar. ( 1994: 84)De este modo, la fusión de diversos discursos de naturaleza factual con la ficción no es problemática, al contrario, se complementan con el objeto de representar, cada quien de acuerdo a sus códigos veridíctivos, la realidad manifiesta. En este sentido, Ricoeur explica con el discurso histórico, que sólo la historia puede articular la pretensión referencial de acuerdo a las reglas de la evidencia común a todo el mundo de las ciencias: En el sentido convencional, ligado a la palabra "verdad" por la familiaridad con el mundo de las ciencias, sólo el conocimiento histórico puede enunciar su pretensión referencial como una pretensión a la "verdad" […] los relatos de ficción pueden alcanzar pretensión referencial de otro tipo, de acuerdo con la referencia desdoblada del discurso poético, que no es otra que la de redescribir la realidad según las estructuras simbólicas de la ficción". (1994: 95)
Con la cita anterior, apunta el teórico que la historia, como otro tipo de discursos, al abrirnos lo diferente, nos conduce a lo posible, mientras que la ficción, al representarnos lo irreal, nos lleva a lo esencial, o bien a referirse a aspectos inabordables para otros discursos. En síntesis, digamos que la literatura, como todo arte, es la producción de un mundo alternativo dentro del mundo real, porque apropiándonos de las palabras de Ricardo Reis, personaje de la novela El año de la muerte de Ricardo Reis de José Saramago, la realidad no soporta su reflejo. Sólo otra realidad, cualquiera que sea, puede colocarse en vez de aquella que se quiso expresar, y, siendo diferentes entre sí, mutuamente se muestran, explican y enumeran, la realidad como invención que fue, la invención como realidad que será.
Bibliografía
Barthes, Roland y Francisco Hombravella1997 "Qué es la literatura" en la Antología elaborada para la Especialidad en la enseñanza de la literatura. Universidad Autónoma de Campeche.
Prada Oropeza, Renato.1998 Los sentidos del símbolo II. México, Universidad Iberoamericana, Colección Lupus Inguisitor.Iser, Wolfgang1993 "La estructura apelativa de los textos" en En busca del texto. Teoría de la recepción. México, UNAM.
Ricoeur, Paul1994 Relato: historia y ficción. Zacatecas, México, Dosfilos Editores.
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miércoles, octubre 10, 2007
viernes, septiembre 14, 2007
Independencia
Mañana es el grito.
Si voy a titular de nuevo este periodo de mi vida lo llamaría así.
Independencia.
Ni más ni menos y
absolutamente verdadero.
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sábado, agosto 11, 2007
Porqué me haces esto, Puebla?
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jueves, agosto 02, 2007
lunes, julio 30, 2007
Malas costumbres
La mala costumbre de acentuar y revisar después lo escrito (aunque no parezca), hace inevitable que siempre esté leyendo con ojo clínico lo que escribe la gente.
Hoy dos blogs de dos amigas me han rebotado en el ojo por las faltas de ortografía.
También la mala costumbre de elaborar expectativas sobre un texto a partir del título me ha hecho sentir que perdí mi tiempo leyendo un ensayito titulado Acerca de las no previstas pero lamentables consecuencias de pensar sólo en la lectura y olvidar la escritura cuando se pretende formar al lector.
Leer así ya no es lo mismo.
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viernes, julio 27, 2007
O el nuevo club de Lulú
Abren en China restaurante prohibido para hombres
La ciudad de Changchun, en el Noreste de China, ha abierto un restaurante en el que sólo las mujeres pueden comer, y que se ha vuelto bastante popular entre las trabajadoras de las proximidades, informó hoy la agencia China News.El establecimiento, llamado simplemente "Nushi Canting" ("Restaurante de Mujeres") puede ser visitado por hombres que sientan curiosidad y quieren echarle un vistazo, pero los responsables del local ya les han advertido que no se les servirá ni un plato.El dueño, curiosamente, es un hombre, de nombre Cai Chunchang, quien asegura que pese a los escasos días que lleva abierto ya tiene muchas clientas, sobre todo oficinistas de entre 25 y 35 años.El local está decorado con pinturas tanto chinas como occidentales, y detalles supuestamente femeninos como cortinas rosas y violetas, bordados con mariposas y muebles en tonos pastel."Por todas partes hay motivos románticos y femeninos", asegura la información.La comida tiene numerosos toques internacionales, pensando en el gusto de las mujeres de Changchun por lo europeo, y así, ofrece desde pasta italiana a sushi japonés, acompañados por vino tinto y café, bebidas no muy habituales para los chinos pero que les encanta probar en establecimientos de aire occidental.La señora Bai, una de las clientas habituales del establecimiento, destacó que le gusta el nuevo restaurante porque "aquí no hay ruido ni huele a tabaco, es tranquilo y elegante".
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miércoles, julio 25, 2007
Anotaciones
para el olvido en estos tiempos de movilidad
tengo que leer/comprar estos libros
Crónica del pájaro que da cuerda al mundo. Haruki Murakami
Tokio Blues. Ibidem (je)
Kitchen. Banana Yoshimoto
Llamadas telefónicas. Roberto Bolaño
ok.
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elizabethvilla
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martes, julio 24, 2007
Tenía que saberlo...
Tenía que saberlo.
¿Podían tantos blogs estar equivocados?
Hice mis arreglos mentales para luego no culpabilizarme de saturar de nuevo la tarjeta de crédito. Hecho. Muy bien. Llegan dos libros de dos cuentistas. Slawomir Mrozeck con La mosca; Sergi Pamés con Si te comes un limón sin hacer muecas. Dos libros que giran en torno a la minificción (sí, esa que muchos escriben sólo para responder a las convocatorias). Aunque ampliamente recomendado Mrozeck deja algo pendiente. Algo que tal vez todavía no comprendo y que me llevará no se cuántas lecturas más descubrirlo. Más en mi estilo, je, en el estilo que me gusta, está el catalán Sergi Pamés. Un Quim Monzó más profundo, más nostálgico y con menos humor. Ahora, que siento que he deglutido (que no asimilado) el libro de Pamés me pongo de nuevo en el inicio. Tenía que saberlo. Era verdad que son dos libros escenciales para la narrativa breve. Y lo supe.
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elizabethvilla
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6:37 p.m.
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